• En este momento no existe riesgo, ni el próximo año y puede que el siguiente tampoco. Sin embargo, Bogotá va a crecer, se viene una gran demanda de energía y la ciudad empezará a ser vulnerable porque en su entorno, lo que se genera y se trae, no va a ser suficiente para atender tanta demanda de energía, entonces vamos a depender de otras regiones y no tenemos las autopistas (líneas de transmisión) necesarias para ello. Si no tenemos esas autopistas y llega a pasar algo, vamos a tener problemas de falta de suministro.
• Los números, confiando en que nos va a ir bien y que Bogotá va a crecer, nos dan que debemos tener terminadas las líneas de Sogamoso y Chivor, a más tardar, a inicios del 2026, ideal en el 2025. Después de eso es andar en un mundo con incertidumbres grandes.
• El llamado es a que hagamos lo humanamente posible para no cometer una imprudencia de algo que podemos manejar; necesitamos ser efectivos, eficientes y razonables al 2026 y en el mundo del sector eléctrico eso es mañana, por eso la angustia. A la fecha llevamos alrededor de 200 torres y tenemos que construir 1.200.
• Toca llegar a acuerdos, hay partes donde no tenemos licencias ambientales, tenemos que resolver esos temas, ofrecernos a discutir con la comunidad. El compromiso con la comunidad es que no vamos a afectar frailejones, vamos a cuidar los páramos y no vamos a afectar ninguna fuente de agua. La gente a veces se asusta, yo lo entiendo, pero el susto es muy dañino cuando se convierte en un mecanismo para parar y no buscar dialogar, entender y construir una solución que todos necesitamos.
• La preocupación de la Alcaldesa es el riesgo de la demanda de energía en los próximos 10 años. Prosperidad equivale a consumo de energía. Sería inconcebible e inaceptable que el país no sea capaz de crecer su suministro, la confiabilidad del sistema y la oferta de energía más aún cuando tenemos el compromiso de ser ambientalmente limpios.
• Bogotá es una ciudad que consume 1.600 gigavatios hora y el proyecto Norte le puede traer hasta 700 megas hora, es un porcentaje de 20-30% de posible mayor energía para la ciudad y eso es importante. En Bogotá las necesidades del transporte son urgentes y se necesita poder contar con fuentes de energía por el bien de la ciudadanía.
• La ministra de Minas y la alcaldesa son personas serias que no van a dejar que eso (el apagón) suceda. Tenemos la obligación moral y profesional de no dejar que eso ocurra. Vamos a hacer todo lo que toque hacer, solo necesitamos que los que son intolerantes se bajen de la plataforma del orgullo y tengan la paciencia de trabajar y buscar soluciones razonables y no imponer su voluntad por poder.