Bogotá, 4 de febrero de 2025. Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá, advirtió sobre la creciente crisis financiera que enfrenta la distribución de energía en Colombia y los riesgos que esto supone para la estabilidad del sistema. Ortega reiteró que uno de los mayores problemas es el retraso por parte del Gobierno de los auxilios que subsidian a los estratos 1,2 y 3 y su mala distribución.
“No se han resuelto problemas cruciales, no se giran los subsidios y no se soluciona el robo de contribuciones: muchos de los subsidios, especialmente en la Costa, los reciben personas que no son de estrato 1 ni 2 y las empresas somos las que estamos pagando eso. Esto genera una presión en la distribución que ya están sintiendo los transmisores”, alertó Ortega durante el webinar ‘Apagón financiero: ¿en qué van los subsidios a la energía en Colombia?’, espacio virtual que realizó la revista Cambio.
“La situación es crítica. Hay empresas de distribución que solo tienen dos o tres meses de caja. Si no les llega algo, van a incumplir pagos y eso podría desencadenar intervenciones de la Superintendencia”, dijo Ortega.
Ante este panorama, el llamado es a encontrar soluciones urgentes que permitan aliviar la presión financiera sobre las empresas del sector y evitar que se repita el caso de Puerto Carreño, en el departamento de Vichada, que a finales del 2024 se enfrentó a un prolongado apagón que afectó el 90% de la población. Esta crisis, explicó el gobierno departamental, se debió a las dificultades financieras que afectan a Electrovichada, debido al retraso en los giros de subsidios por parte del Ministerio de Minas y Energía.
Reiteró que otro de los problemas es la deuda acumulada por la opción tarifaria, el mecanismo implementado para aliviar las tarifas de los consumidores de los consumidores durante la pandemia del Covid19. “Son cinco años sin recibir una plata importante; en su momento fueron 5 billones de pesos, hoy son cerca de 3 billones de pesos”, señaló.
El impacto de esta crisis se extiende a toda la cadena energética. Según Ortega, a los transmisores ya se les deben cifras millonarias. “A nosotros (Grupo Energía Bogotá) nos deben más de 50 mil millones de pesos; a ISA, más de 150 mil millones”, afirmó. Además, la generación térmica, clave para suplir la demanda, enfrenta dificultades por la falta de pago. “Las termoeléctricas exigen pagos por adelantado para el gas. Si no les pagan, no pueden generar”, advirtió.
Ortega también cuestionó una reciente medida de la Superintendencia de Servicios Públicos, que obliga a los generadores a seguir suministrando energía a entidades sin capacidad de pago. “Esto genera una presión inmensa sobre todo el sector”, indicó.
A pesar del panorama desafiante, el presidente del GEB destacó que hay soluciones viables. “El tema se puede resolver, pero se necesita voluntad y confianza. La información ha estado muy distorsionada, lo que ha llevado a malentendidos desafortunados”, sostuvo.
Finalmente, resaltó el esfuerzo del sector para garantizar el suministro de energía en el país, a diferencia de otros lugares de la región. “El año pasado siete países se apagaron, Colombia no”, enfatizó, subrayando que la energía es clave para la estabilidad económica y social, especialmente para las poblaciones más vulnerables.
“No son empresas ricas”
El presidente del GEB dijo que muchas de estas compañías no son grandes ni ricas, sino pequeñas empresas que atienden regiones críticas, como la EMSA en el Meta o la administradora de distribución en Putumayo, fundamentales para el desarrollo económico y la producción de alimentos en el país.
La falta de financiamiento y el incumplimiento en el pago de subsidios han puesto en aprietos a estas distribuidoras, que dependen de recursos que no han llegado.
"Están teniendo problemas para pagar sus obligaciones y enfrentan grandes retos para conseguir financiación. Esto impacta directamente a las comunidades que dependen del suministro eléctrico para sus actividades diarias y su progreso económico”.