En el más reciente capítulo de su pódcast ‘A fondo’, la reconocida periodista María Jimena Duzán se adentró en el apagón de 1992 y los 11 meses que el país estuvo con racionamiento energético por cuenta de uno de los fenómenos de El Niño más “devastadores” y la deficiencia de la infraestructura eléctrica, para hablar de la situación energética actual y de la alerta que hoy, 30 años después, hace pensar que “es probable que nos devolvamos en el tiempo”, expresó Duzán.
“La buena noticia es que ese apagón que vivió el país en 1992 no nos va a volver a suceder, la mala es que, ‘el palo no está para cucharas’ y si no ajustamos las cargas hoy y atendemos bien las necesidades del sector eléctrico, en 15 o 20 años, o incluso menos, podríamos estar ad portas de otro apagón”, analizó la periodista.
El invitado a este diálogo fue Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), quien afirmó que no ve un apagón a la vista, pues en 30 años “Colombia logró obtener uno de los sistemas eléctricos con mejor calidad, donde se han invertido más de $130 billones en construir uno de los mejores sistemas de la región”, pero alertó que “sí hay un problema financiero que tiene a las comercializadoras enfrentando serios problemas de flujo de caja”.
AL AIRE/ Juan Ricardo Ortega presidente de la empresa de energía de Bogota dice en AFondo que no ve un apagón a la vista, pero afirma que sí hay un problema financiero que tiene a las comercializadoras enfrentando serios problemas de flujo de caja.
— María Jimena Duzán (@MJDuzan) October 11, 2023
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Teniendo en cuenta que Colombia tiene el 70% de su fuerza energética en las hidroeléctricas y que El Niño incide de manera directa en la reducción del agua de los embalses, lo que afecta la generación de energía, Duzán indagó si el sistema colombiano está lo suficientemente fuerte para resistir el embate de este fenómeno climático y qué tanto incide el problema financiero de las comercializadoras en la coyuntura actual.
“Aquí es donde se cometen muchos errores conceptuales de cómo opera ese sistema y ese es el reto para tener una conversación constructiva. Estamos en un momento muy desafortunado en el cual los mecanismos para generar energía, distintos al gua, están costando cuatro veces más. Si se tiene agua y las empresas (comercializadoras) tienen contrato, deben honrar ese compromiso y tener la capacidad de administrar el agua para garantizar que no sean otros los que terminen pagando los precios altos, que suben porque no tenemos la suficiente infraestructura para generar energía a precios baratos”, precisó el presidente del GEB.
Para Ortega, a coyunturas como depender de las hidroeléctricas, los altos precios del gas, el carbón y diésel, la falta de contratos que garanticen el suministro y la demanda en el largo plazo, la politización de empresas controladas y la falta de proyectos, se suma la deuda de más de $5 billones que adquirieron distribuidoras y comercializadoras por el congelamiento de las tarifas durante la pandemia del Covid-19, y ese sí es “el verdadero problema que tiene el sector. No es falta de energía, es falta de caja para poder pagar obligaciones. (…) Esta es una discusión financiera y no va a desaparecer sola. Vamos a terminar teniendo un problema de empresas cada vez más debilitadas y si las empresas se debilitan, nadie va a invertir en el sector y ahí sí habrá un problema de falta de energía”.
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