cuyo objetivo es evaluar de manera independiente y objetiva que el sistema funcione de forma adecuada, suficiente y efectiva. En el GEB esta tercera línea sirve como mecanismo de evaluación de las dos primeras líneas y resulta un aspecto fundamental para articular los diferentes aspectos de control que alimentan los procesos de decisión directiva y gerencial; proporcionando a los organismos de gobierno corporativo del GEB y a la alta dirección un aseguramiento independiente.